domingo, 17 de agosto de 2008

Damas y caballleros...

It was you who put the clouds around me. It was you who made the tears fall down. It was you who broke my heart in pieces. It was you who made my blue eyes blue. Who Oh - Never should have trusted you.


Eric Clapton. Blue Eyes Blue


Hace muchos años, descubrí la necesidad imperiosa de expresarme. Primeramente, desde muy pequeño, incursioné en el lado musical. Desde niño aprendí a tocar varios instrumentos musicales. No considero que haya sido un niño genio, pero siempre hice cosas muy avanzadas para mi edad. A la edad de dos años ya tocaba la bateria; después aprendí a tocar el piano (y también al revés), la mandolina, la flauta, el violín, la guitarra, el bajo. A los cinco años, antes de entrar a la primaria, ya había leido a Chejov y a Edgar Allan Poe. Mi madre hizo que mi hermana y yo siempre nos desarrollaramos en ámbitos culturales y deportivos. Hicimos Lima-Lama por un buen tiempo y yo jugué, además. Fútbol Americano por más de 7 años.




Cuando fuí creciendo, esa necesidad de expresarme hizo que realizará mis primeros pininos formales dentro de la música, dejando de lado todas aquellas actividades que me distrajeran de ella incluyendo la escuela (jajajaja). En ese entonces, a la edad de dieciseis años, monté la música de una obra de teatro escolar (¡Qué Plantón!) en la Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior de Maestros en la Ciudad de México junto con mi amigazo Héctor "El Bollo" López. Debo confesar que, lógicamente, nos faltaba mucha técnica para considerarnos siquiera músicos pero estabamos los dos, junto con Manuel Borquez, un maestro de música de esa escuela, Bethel Acosta, exguitarrista de Laureano Brizuela y mi gurú en aquellos años y, aunque ustedes no lo crean mi padre en la bateria tocando en más de cien represantaciones durante dos años en un auditorio repleto la mayoria de las veces. Después de eso, compuse la música de una pastorela mexicana con ese mismo grupo de teatro. Tenía diecisiete años cuando, junto con Bethel y otra raza, nos fuimos de gira con una muchacha gordita, billetuda y simpática que dizque cantaba y se hacía llamar Brannia. Tocabamos puros covers de canciones de moda de prinicpios de los noventa Obviamente, ya no iba a la escuela y mis padres tenían que pedir permiso a mis profres por mis constantes salidas. No sé si antes o después conocí a Talina, una morena guapísima que me hizo ver mi suerte y fue por ella empecé a escribir mis primeras canciones. Para ese entonces, Bethel trabajaba con Gabriel Martinez Meave, ahora uno de los diseñadores más importantes de México, en un despacho. Gabriel tenía un grupo con Felipe Soto Viterbo, actual Editor General de la revista Chilango y Mauricio Moreno, Contador Público que no sé qué es de él en estos días. Bethel, ya con el impulso gastado de ser un Rockstar,le platicó que tenía un amigo guitarrista (yo) y que no teníamos banda. Así que, todos juntos, formamos un grupo que se llamó Cyan. Tocábamos en un barcito de Santa Mónica, en Tlalnepantla, Edo. Mex. y empezábamos a tener nuestros groupies. Grabamos varias maquetas que le gustaron a una promotora que nos dejó de impulsar el día que Bethel se la quizo tirar. Jajajaja. Nos mandó al diablo y nosotros a Bethel por "haber arruinado la oportunidad de nuestras vidas". Dejamos a Cyan sin su vocalista y líder y por un tiempo tomé las riendas del grupo para una presentación en la Sala de Conciertos Carlos Chávez, a la que fuimos invitados por la UNAM. Gabriel, Felipe y yo nos quedamos sólos ya que el Mao nos abandonó de igual forma por así convenirlo a sus intereses. Durante esos meses no tocamos pero si compusimos varías canciones juntos y nos dedicamos a sacar adelante nuestra escuelas. Fue entonces cuando se unió a nuestro grupo Gustavo Loza, ahora director de cine (Atlético San Pancho, Al otro lado) en la voz y Oscar Corona en la bateria. Ensayábamos en la casa de Gustavo y un día camino a casa, descubrimos lo siniestro y cachondo que pueden ser los hoteles de paso. Durante el trayecto contamos más de cien hoteles "Hotel Garage"- ¡Qué rico ha de ser el dueño de esa cadena : Hotel Garage! - y sobres, que así nos llamamos. Tocábamos mucho en diversos foros y eramos buenos... pero pasó lo que tenía que pasar: la pasión de Gustavo siempre fue el cine, la de Felipe fue escribir y la de Gabriel diseñar. La de Oscar ordeñar vacas, me imaginó y la mía fue mi primer exmujer por lo que un día de septiembre rompimos toda relación musical.




Después vino lo que vino: estudiamos, nos recibimos, nos casamos, tuvimos hijos, cumplimos nuestros sueños, nos divorciamos y seguimos viviendo...




Luego entonces el no tocar, el no poder expresarme de esa forma originó un día de hace 13 años

que empezará a escribir. En ese entonces tenía un pequeño negocio de abarrotes en esta Ciudad Juárez y me llevaba una maquina de escibir vieja que tenía y escribía en mis tiempo libres. Llegué a escribir más de cincuenta cuentos. Los recopilé y le puse un nombre : Los Puntos Cardinales. Cuando me divorcié se perdieron esos escritos. Y de alguna forma, seguí escribiendo canciones y pequeños cuentos en cuadernos que aún conservo con un grato recuerdo de aquellos días buenos y malos que pasaron. Tiempo después tuve la oportunidad de desarrollar mi talento musical en la iglesia a la que asisitía en Hermosillo, Sonora donde viví por tres años. Actualmente sigo tocando cada domingo en la Iglesia a la que asisto en Juárez totalmente con el propósito de alabar a Dios, aunque de vez en cuando le cantó a una mujer alguna cancioncita mundana, melosa e intensa...




Cuanto más te haces viejo, más lento te llegan las ondas nuevas de lo cibernético. Un día, una amiga me dijo que entrara a su Blog. Lo leí y me abrió la mente para realizar lo que venía haciendo en años pero de manera más ordenada y sin correr el riesgo latente del olvido o la pérdida material voluntaria e involuntaria.


Hoy, hace un año di vida a este espacio que decidí llamarle Señal de Blog. Y aunque los hechos que han acontecido durante este lapso me impidieron se constante en la tarea de alimentarlo y promocionarlo, es la forma que quiero utilizar ahora para "liberar al pájaro azúl", como diría Ruben Darío. El primer post que realicé habla de la grandiosa idea de tener registros electrónicos de los hechos de tu vida como las operaciones contables de una empresa. Me sigue pareciendo genial.


Un agradecimiento a todos los que han leido mi blog. Este año fue difícil y no ha sido nutrido de posts, pero se cumplió el periodo de aprendizaje y de adaptación. El círculo se cerró y lo mejor está por venir.



1 comentario:

Mi pecho no es bodega dijo...

Muchas felicidades Mario por tu aniversario "blogueril" (ésta palabra qué? jaja)Sigue ecribiendo, lo haces muy padre, éste post de "aniversario" es diferente a todos los anteriores que también has dejado por aquí (al menos esa es mi humilde apreciación), tiene más de tu cotidiano, algo que creo que es muy difícil de compartir pero finalmente representa mucho de la escencia de una persona. Enhorabuena, que sean muchos años más. Saluditos!